El jus cogens interno e internacional como norma fundamental de la organización política de la nación chilena

Abstract

Según el español Adolfo Posada, una Constitución se divide en dos partes principales, una dogmática y una orgánica, además de disposiciones transitorias.1 La parte dogmática, que por regla general se ubica primero en el texto, dice relación con los derechos individuales, es decir, se refiere a los derechos de las personas y a los fines del Estado. La parte orgánica, se refiere a la organización de los poderes públicos, sus órganos y funciones. Ella generalmente se estructura a continuación de la parte dogmática, comprendiendo el sistema o régimen político del cuerpo social a regular. Finalmente, existen también disposiciones transitorias, que como su nombre lo indica, están destinadas a servir la transición entre el antiguo ordenamiento jurídico y el nuevo. Estas normas deberían ser esencialmente temporales debiendo ellas perder vigencia al entrar en vigor plenamente el nuevo sistema jurídico. A su vez, la palabra “derecho” posee tres significados básicos, discernibles en cualquier momento de la vida jurídica: un aspecto normativo (el derecho como ordenamiento y su respectiva ciencia); un aspecto fáctico (el derecho como hecho, o en su efectividad social e histórica); y un aspecto axiológico (el derecho como valor ya sea de justicia u otro). Esta tesis versa, fundamentalmente, sobre el aspecto axiológico que emana de la Constitución, o mejor dicho, sobre el contenido axiológico que condiciona su existencia. En este sentido se sostiene que sobre las tres partes ya indicadas por Posada y otros constitucionalistas, existe un orden superior, fundamental y previo,el cual, si bien es cierto no pertenece, o puede no pertenecer al texto escrito de la Constitución, la condiciona de tal forma que ella no puede seguir existiendo como norma fundamental si se aparta de los principios y valores que le han dado origen